En la noche no duermo mas de 4 horas, intento no dejarme derrotar por la soledad. Entonces espero.
Y ocurre una vez mas, por la ventana entra el viento helado que susurra tu voz diciendome "adiós"
Haciendome recordar la última sonrisa que me dedicaste, volviendome a llenar de gotas, gotas gigantes los ojos que recorren mi rostro como una suave caricia de ángel.
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