Gracias destino.
lunes, 23 de enero de 2012
Un año más, por fin
Largas noches donde solo podía pensar, recordar, reír y llorar... mi cama estaba inundada por mis lágrimas recordando viejos amigos, viejos amores, viejas promesas que jamás se cumplieron... mi corazón estaba repleto de dudas y mi estomago lleno de mariposas. Mi cabeza daba vueltas y vueltas, como si fuera una rueda de la fortuna que iba a toda velocidad porque se había perdido por completo su control manual, duré toda la noche y la madrugada entre el 22 y el 23 de Enero despierta, el 23 empezaba clase y yo no podía parar de preguntarme que sera de ti? de mi? de nosotros? si es que en algún momento existió un nosotros nosotros... nosotros.... nosotros! vaya, sonaba mas lindo de lo que pensaba, era seguro, yo no andaba en este planeta, luego logré dormirme, solo pude disfrutar de un sueño profundo una hora antes de que me despertaran para arreglarme, ir al colegio y volver a la realidad... al pararme de la cama, ir hacia el baño y quitarme la ropa pensé tal vez estoy a media hora de ver al hombre perfecto, tal vez estoy a media hora de enterarme que jamás lo volveré a ver... suspiré y miré hacia el techo aún nerviosa, por un momento pensé que estaba a punto de tener un colapso nervioso por culpa de esta ridiculez, bueno, para mi no era una ridiculez, era algo serio, era algo mas que un juego de niños... salí de la ducha, me vestí y desayuné rapidamente porque también estaba muy ansiosa de volver a ver a todas esas personas con las que he crecido, en el camino mis zapatos me lastimaron el talón izquierdo y mi pié empezó a sangrar, no le di importancia alguna, ahora ese dolor no se comparaba con el que estaba sintiendo en el alma, el era mi prioridad hoy, tenía que llegar rápido al colegio y entonces escuché una voz que me decía -Despacio- miré hacia los lados y no había nadie conocido, seguí con mi camino haciéndole caso a aquella voz y fui despacio, cuando llegue a la puerta del colegio miré unas letras doradas pegadas sobre una pared que decían IPARM instituto pedagógico Arturo Ramirez Montufar, y dije en voz baja -Aquí vamos...- Suspiré y me adentré en el lugar donde había crecido, donde todos aquellos estudiantes eran mi familia, donde lo mas alto eran los árboles y el mayor ruido lo hacían las aves en su canto matutino, si, era un lugar sencillo, pero estaba orgullosa de estar ahí, me sentía privilegiada. Al entrar me encontré con mis amigas, y cuando comenzamos a caminar por el pequeño colegio me sentía vacía, me sentía desesperada, me sentía extraña... algo me faltaba, lo buscaba alzando mi cuello por entre las personas, en los salones, en la cafetería, en la cancha, en el parque... al final pensé se fue para siempre, adiós. puse una cara distraida, inexpresiva, pero por dentro tenía la cara mas triste que alguien hubiera imaginado jamás. Entonces fue ahí cuando ocurrió, al fondo del pasillo se hallaba un muchacho misterioso, con mirada macabra, con linda sonrisa y una... BASTA! Mierda, cállate, es el, que carajos, ES EL! Era... Robert, así le pondré, si, Robert es mi principe azul, o no, era un simple muchacho, no tenia nada de principe, pero lo quería bastante... joder, era mi niño (como le llamaba anteriormente) en carne y hueso, a pocos metros de mi, que haría? Pues nada, ya se que está aquí donde yo estoy y no se volverá a ir, sabía que un año mas era suficiente, era lo que me bastaba saber para ser feliz y llevar un gran 2012.
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