sábado, 21 de enero de 2012

Libertad


Estaba atrapada por completo, no tenía una ventana para mirar el sol, el mar, las gotas de lluvia que caían sobre la pequeña casa, era como si estuviera ciega, nunca conocí el mundo fuera de mi casa, era triste mi vida, estaba desesperada, al borde de la locura.


Un día que parecía ser igual que todos, mi madre entró a mi habitación, donde yo permanecía casi siempre porque bueno, no tenía alternativa, y me dijo -Hija, saldré un momento, quédate aquí- Pensé un "bueno" pero no dije una palabra, ahora tenía un plan, mi madre era igual que yo, jamás salía de casa, o muy pocas veces... pero, ¿por qué yo no podía? era injusto... "clock" sonó la puerta, sonreí, mi madre se demoraría mas o menos 6 horas, no me quedaría en esta habitación mirando hacia el techo, entonces fui al sótano y cogí un martillo, luego fui a mi habitación, me dirigí hacia la ventana tapada por tablas y quité los clavos que las sostenían uno a uno, -Guau! Tenemos vista al mar...- Dije hablando sola, luego sonreí y contemplé el hermosisimo mar azul que hace un día era desconocido para mi por cinco minutos. Eran las 6 pm, pronto sería el atardecer, y según había oído era bello, entonces me puse una falda y una blusa con escote y salí corriendo entusiasmada por la puerta tan feliz como nunca había estado en toda mi vida dirigiéndome hacia la playa, cuando mis pies tocaron la arena una gota de agua salió por mi ojo izquierdo, estaba muy feliz por fin, cogí una manta que llevaba, la puse en la arena y me senté sobre ella, contemplando las suaves olas del mar y el ocaso dorado, luego de media hora me levanté y corrí hacia la brillante agua, solté mi cola de caballo y jugué con las calidas olas que parecían abrazarme dándome la bienvenida, me quedé 3 horas dentro del mar, el hermoso mar. 



Cuando llegué a casa, feliz por haber conocido por fin parte del mundo, tenía muchos planes de viajar a otras ciudades y hasta países, mañana planeaba salir de nuevo a nadar un rato, pero hubo un problema, al abrir la puerta de mi casa vi a mi madre sentada en un sillón color café oscuro, parecía muy molesta... "me va a matar" pensé, y luego me mordí el labio inferior mirando hacia el suelo avergonzada. -Donde estabas jovencita?- Dijo mi madre con un tono bastante brusco... -Mamá, estaba en la playa, espero que no te molestes...- Susurré muy asustada -Molestarme? Bromeas? Estoy orgullosa de ti- Entonces quedé sorprendida y alcé la mirada del suelo ahora mirando a mi madre, luego le sonreí -Hija, ya tienes edad para tomar tus propias decisiones- Quedé atónita -Mamá, tengo 15 años, lo olvidas?- -Hablo de que ya tienes edad para conocer tu propio mundo nena, sabes? mañana iremos a la playa juntas- -De veras? Gracias mamá!- Corrí y abracé a aquella mujer perfecta que estaba frente a mi, ahora mi vida había cambiado, y era perfecta. 

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